tenía una gorra al revés
y no paraba nunca
de mover los pies.
Tenía, tenía
castaño el pelo.
Él era mi imaginario
amigo rapero.
Dormía conmigo,
bebía de mentira;
bebía agua
en una botella vacía.
Venía conmigo
y me hacía compañía.
Pero aquella tarde,
cerca de la primavera,
vino mi amigo
a buscarme a la escuela.
¡Había venido
a traerme la merienda!
Mmm, estaba muy rica;
mmm, nos gustaba mucho
y después compramos
un helado de cucurucho.
¡Qué rico, qué rico!
el helado de vainilla.
Nos gustó tanto
que nos dio la risa.
¡Y aquella tarde
volvimos a casa
y dormimos juntos
los dos en mi cama!
2ºC
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